Cuando vemos que alguien se ríe, nos reímos.
No sabemos cuál es el motivo. Sin embargo, nos reímos.
¿Por qué tendemos a sentirnos como las personas que nos rodean?
Un grupo de científicos de la Universidad de Parma, Italia, descubrió en una experimentación con Macacos -una especie de monos- que sus cerebros tenían unas neuronas muy particulares, desconocidas hasta entonces (comienzos de los ’90), las llamadas Neuronas Espejo. Los científicos observaron que el Macaco tenía una activación cerebral -en zonas puntuales de la corteza motora- cuando movía una mano, y similar activación neuronal cuando veía a otro mono, o incluso a una persona, haciendo lo mismo, aunque el observador no esté ejecutando ningún movimiento. Esto motivó numerosos estudios hasta la actualidad.
Las Neuronas Espejo están presentes en nosotros, las personas, y tienen un rol fundamental para la vida en sociedad.
Se activan cuando el individuo realiza acciones, y también cuando éste observa acciones de otros sujetos.
Pero… ¿para qué sirven las Neuronas Espejo?
Éstas se encuentran integradas a circuitos neuronales vinculados a la percepción de las INTENCIONES de los demás. ¿Por qué? Cuando realizamos tal o cual acción en determinados contextos, percibimos cuáles fueron nuestras intenciones previas. Esto hace que al fin de cuentas terminemos con una “base de datos” en donde determinadas acciones están asociadas a intenciones puntuales. Es por eso que cuando vemos a alguien haciendo algo “detectamos” sus intenciones. En nuestro interior lo estamos reproduciendo y simulando, al mismo tiempo que asignando la intención que tendríamos nosotros si haríamos lo mismo.
¿Qué conseguimos con nuestras Neuronas Espejo?
Vivimos en sociedad gracias a ellas, pues nos permiten comprender a los demás, lograr empatía, aprender por imitación, INTERACTUAR. ¿Por qué las organizaciones necesitan conocer esto? Las personas tenemos la capacidad de ponernos en el lugar del otro y de contagiarnos de sus estados emocionales. Cuando interactuamos con una persona muy alegre, tendemos a “contagiarnos” de su alegría, cuando vemos a alguien llorando, literalmente nos sentimos mal.
Las empresas deben saber que pueden generar alegría o enojo, bienestar o rechazo, dependiendo de quién y cómo atienda a sus clientes. Si el objetivo es vender más o mejorar la imagen empresaria, podrá lograrlo más fácil con personal de atención al que le encante reírse, transmitir entusiasmo, seguridad y positivismo.
Si desea que sus equipos de trabajo sean más productivos, lo conseguirá más fácil si da lugar a sonrisas contagiosas en el día a día, evita los malos tratos y humores, promueve actitudes positivas y comprende los problemas laborales y personales de su gente. Mejora el cerebro, reduce el estrés, fortalece el sistema inmunológico, previene enfermedades cardiovasculares. ES GRATIS Y FÁCIL. Impleméntelo. Compruebe cómo sus relaciones y acciones alegres le aportan más y mejores resultados.
¡Sonría, lo estamos imitando!
Síganos en Facebook 
Próximamente ¿Qué sentimos cuando nos reímos? ¿Qué beneficios personales, corporales y mentales percibimos al reírnos? ¿Por qué?
Algunas de las Fuentes consultadas: http://eprints.ucm.es/9972/1/Revista_Psicologia_y_Educacion.pdf http://www.redalyc.org/pdf/726/72628319004.pdf http://www.diariopresente.com.mx/section/acervo/104920/sentido-humor-cambia-cerebro/
Clic para VER TODAS LAS PUBLICACIONES DE NeuroEmpresa